viernes, 30 de noviembre de 2012

REPORTAJE DE CSA LA GUARDERÍA CON GRABACIONES Y FOTOS

Publicamos esta crónica a modo postumo tras el brutal desalojo de este pasado miércoles de la CSA La Guardería ubicada en plaza la Universidad en Valladolid. Dichos testimonios los publicaremos más adelante, mientras tanto, recordemos un proyecto que va a continuar, pero cuya pérdida temporal ha dejado un vacío latente en la ciudad como espacio cultural...

CRÓNICA Y FOTOS

De hace unas pocas semanas es noticia que un grupo de personas desvinculadas de toda sigla u pertenencia a cualquier organización como en medios como el Norte de Castilla (Valladolid) se ha dicho asociándolo al movimiento social 15M de dicha localidad, optó por ocupar un inmueble situado entre la plaza de la Universidad y la calle de Arribas. Inmueble que llevaba abandonado unos cuarenta años de mínimo, de cuyos habitantes solo se conserva documentación familiar guardada, así como documentos de la época sobre sus trabajos, o fotos de índole familiar en buen estado. Dicha propiedad perteneció más atrás en el tiempo a una familia acomodada de la burguesía local de la época como ahora mostraremos. Por lo tanto, al realizar dicha ocupación los motivos fueron simples: Dar un cobijo a personas que no tienen hogar, crear un espacio cultural en el que se proyecten actividades como recitales de poesía, conciertos, charlas sobre sociedad, actividades de relajación como yoga, o simplemente, servir de espacio para el encuentro de las personas y crear un diálogo y una comunión colectiva en la que compartir sea el máximo objetivo. Ese resumidamente es el proyecto de la ocupación cuyo nombre es CSA La Guardería.

Pero pese a las buenas intenciones parece ser que el proyecto de crear algo fundamental en Valladolid como son espacios alternativos, poco habituales en una ciudad cuyas formas éticas no son muy abiertas, y que esta acostumbrada a cosas banales carentes de la filosofia propia de la vida que es transmitir humanismo, paz, y lo más importante, esperanza. Por ello, nada más realizarse la ocupación no tardó el diario local y regional, El Norte de Castilla en vincular la ocupación al movimiento 15M. Algo que totalmente fue desmentido por el colectivo, enviándose una carta a la redacción así como intentando llamar, cosa que no sirvió para nada dado que se negaron a cambiar el titular:http://www.elnortedecastilla.es/20121115/local/valladolid/ocupa-edificio-plaza-universidad-201211151423.html Realizándose el posterior comunicado por parte del colectivo y tratado en la asamblea de los viernes:https://www.15mvalladolid.com/2012/11/bienvenida-al-csoa-la-guarderia/ Inmediatamente también la jueza encargada del caso abrió un expediente de desalojo dadas las correspondientes denuncias de los propietarios que pretenden construir un hotel de cuatro estrellas:https://www.15mvalladolid.com/2012/11/bienvenida-al-csoa-la-guarderia/ Dicho procedimiento no llamaría la atención si no fuera por las precarias condiciones en las que se ha mantenido el inmueble, contribuyendo su mal estado al deterioro de documentos historícos datados de hace más de medio siglo, en concreto por ejemplo, periódicos de ABC de 1932 que se adjuntan en las fotos. Pero ha sido con el proyecto cuando ha surgido el malestar por parte de las autoridades y su endemoniamiento a las personas que se están ocupando de restaurar y conservar dicho edificio.

Por ello, optamos más allá de las informaciones de los "periodicos del alcalde" por comprobarlo con nuestros propios ojos. Para ello el viernes a las nueve había programado un recital de Alan Pipo, un anciano pero joven de unos setenta años, de prestigio re-conocido en Valladolid como poeta. Dicho recital de poesía adjuntamos en la siguiente grabación de media hora cortada por fallo técnico del sistema de grabación:http://www.goear.com/listen/da60f4e/alan-pipo-csa-la-guarderia-recital

Después un dúo de jóvenes realizó un concierto en el que se versionaron con guitarra y percusión canciones de Nacha Pop, Hombres G o composiciones propias que también adjuntamos aquí:http://www.goear.com/listen/7d3a0e0/concierto-en-csa-la-guarderia-guitarra-percusion

Al día siguiente en el calendario de actividades entorno a las dos del mediodía se tenía programada una comida popular, en la que cada persona traería su comida y la compartiría con el resto al ritmo de buena música clásica. Tras ello optamos por solicitar una visita guiada que habitantes de allí ofrecen a todo el mundo que quiera interesarse por el proyecto, y ya de paso, acercarse a la historia, historia de una ciudad reflejada en sus escaleras, en sus pasillos por las que a saber que pillas y traviesas correrías habría; por sus habitaciones en las que se reposaría el alma de sus habitantes tras un día campechano en la Castilla de entonces; o en su fumadero en los que se trataría el tema de la conocida marcha automovilística Chevrolet presentando en primera página sus nuevos camiones con nuevas mejoras del año 1932; o las páginas de cine, quien sabe si hablando como nosotrxs hablamos ahora de Kubrick como un héroe del cine, ellxs hablando de Viaje a la Luna estrenada treinta años antes por parte de Georges Méliès; todo ello amenizado con el puro y la copa de whisky.

En nuestros primeros pasos hacía la historia del lugar, nos encontramos con unas bellas escaleras por las que se oye el crujir de nuestras pisadas, como si de una llamada del tiempo se tratase, y a medida que vamos subiendo peldaño por peldaño atrás dejamos las luces artificiales de la planta de recepción donde se realizan todas las actividades, y se va cediendo a la luz de un Sol tenue, nublado tras una noche lluviosa, a oscuras. La puerta de la derecha nos dicen que no se puede, pues cierta zona del inmueble esta como esta, en pésimas condiciones. Giramos y nos adentramos por el pasillo de la izquierda y en la primera habitación nos encontramos una silla cuya base de posamiento esta rota por completo, la madera cedería en su momento, y solo se conserva el ornamento, la tela esta carcomida. Muebles y muebles nos acompañan, y de pronto, fijamos la atención en tres cuadros. Curiosos, deseando saber de que obras nos podremos encontrar, lo primero que vemos es un cuadro de tose dadaísta con reminiscencias picasianas, con su guitarra, su vaso de vino, recordándonos esa España de la guitarrilla y el vino. Detrás otro cuadro, en este caso de Pio XII, con una plegaría firmada por la autora, en plegaría al padre para que ruegue por la fe Jesucristo. Detrás, finalmente, un Cristo por cuyo estado deducimos que más de medio-siglo puede tener, y cuya santa mirada aún seduce a impávidos y a curiosos, pues intriga saber las palabras que habrían de ser recitadas en oración hacía él, las lágrimas, los sentimientos postrados por los creyentes de la época. Todo ello con poca luz, al silencio de las paredes...

Continuamos la visita. Pasamos por una sala que da a la plaza la Universidad como bella vista, cuyo suelo esta recubierto por una bella alfombra en muy buen estado, y unos tapices florales. En aquella época los dueños mirarían a una plaza llena de feligreses a las puertas de la Catedral,¿quien sabe que pies pisarían dicha alfombra? 

En otra habitación paralela, un candelabro para iluminar las oscuras noches que habría en aquella época, en donde el tendido eléctrico apenas estaba implantado y había muchisima oscuridad. En su centro, una cruz, una cruz para iluminar la habitación o simplemente orar. O quien sabe, más entrados en los sesenta, si para bailar con la novia al son de un equipo de música de vinilo, quien sabe, si escuchando a los Beatles que en aquella época comenzaban a llamar con fuerza a la puerta de la historia de la música...

Un par de pasos más, a mano derecha, una biblioteca, una pequeña biblia en grande, libros, muchos libros, juegos de mesa traídos por los ocupantes. Y en el centro, una silla de espaldas a la ventana, como esperando a su dueñx y hacerle buen servicio. Esperando aún, fundiéndose con un espejo sobre el cual la más bella de las damas se miraría, se peinaría; en donde la más anciana miraría su rostro, se tocaría, reflexionando sobre cuan breve e intensa es la vida. Coronando el techo una esfinge, nos aterra mirarla, es como junto al espejo, peinarnos, atusarnos el pelo, tele-transportados a otra dimensión, mirando cuan breve e intensa es la vida...
Contemplamos unos tapices, un miembro nos dice que los están restaurando, que dichos tapices corresponden a cálculos bajos a 1920. Nos quedamos perplejos al recordar que todo esto lo van a quitar, que a nadie le importa la historia, salvo a los que han optado por decir que eso se conserva si o sí.

Continuamos, y algo nos recuerda que tenemos cierto peso en la vejiga. Es el aseo el que nos hacer recordarlo. Una bañera, una modernidad, una excentricidad para la época, solo para ricos, y a su lateral, el vater, con una cisterna, muy moderna también, en la que el hierro va cediéndose ya ante el paso del tiempo, pero aún aguanta. Algo nos dice que miremos al techo, mero instinto de explorador, y nos encontramos con una bella señorita de la época vestida con motivos japoneses, y un ganso. Modas las de la época de imitar la cultura japonesa así como la citada egipcia, una forma quien sabe si de búsqueda hacía nuevas tendencias sociales de imitar lo oriental y huir de la sobriedad del estilo occidental basado en la persona y no en la fundición del ser con la naturaleza.

Dos pasos más, y todo se transforma en oscuridad, ya no estamos en el baño, ahora, no sabemos bien en donde estamos. Miramos abajo y vemos decenas de páginas de periódicos, muchas rotas, amontonadas como si de cosas de pequeña importancia se tratase. Nos acecha la curiosidad y nos agachamos y atónitos, contemplamos como esas páginas corresponden a periódicos del año 1932, tirados, pisoteados. Un primer titular nos asusta un poco, pues ya no estamos en el año 2012, estamos en 1932 y leemos que los japoneses han decidido ocupar el norte de Manchuria para completar su ocupación del territorio por parte del coronel Kenji Doihara. O además de los citados anuncios de Chevrolet, y de cine, noticias de boxeo, de púgiles ya desconocidos para nosotros por el paso del tiempo; o simplemente, de "se hacen reparaciones de calzado en calle Manteria" por ejemplo. Y estos documentos en los que pocxs se habían fijado llevan ahí tanto tiempo en ese estado...
Pero aún no ha venido lo más bello del lugar. Optamos por mirar al resto de la sala, y de pronto, percibimos como un cierto olor a habano o puro que sale de la madera, oscura, con un crucifijo en su centro, como de vigilante ante las nuevas visitas que pudieran interrumpir si perpetua paz. Por momentos nos sentimos un caballero de la época con puro y copa incluida, fumando y bebiendo y charlando con los amigos. Cansados, optamos por seguir la conversación sentados en un cómodo sofá. A solas, en silencio, sin el guía, permanecemos minutos y minutos, cuartos incluidos. Ahí ya no existe el tiempo, y se nos antoja complicado pensar en su existencia. A casi oscuras, sin ruidos, sentimos algo de frío, como si recibiéramos la visita de los compañeros de copa para charlar un poco. Y hablamos, hablamos y hablamos de como es una completa vergüenza que el alcalde y los propietarios hayan dejado el lugar tan abandonado, recordando una zona que esta como derruida, que han dejado que la humedad destruya y tiré abajo muchos techos. Dicen que todo es política, que en su época y en todas igual, cuando hay intereses de por medio, poco importa la moralidad y el respeto a la ética humanas. Y se sienten felices, felices porque de nuevo el sitio vuelve a estar cobijado bajo voces que hablan de cosas raras en la ciudad, como prosperidad, y más raro aún, humanidad, cooperación entre todos para vivir en una ciudad auto-gestionada por los ciudadanos de buena fe agrupados en comunidades. Pero hay que trabajar concluyen, y no desistir, que siempre hay más esperanza que poder y todo lo malo, al final termina cediendo ende desapareciendo.

Asombrados, nos depedimos con respeto, en señal de buena fe, y salimos de la habitación, atrás dejamos el pasillo, bajamos por las escaleras. De nuevo, luz eléctrica, gente, móviles, ¿que ha pasado, dónde estamos, cuanto tiempo ha transcurrido? Volvemos al 2012 y comentamos la experiencia, sin duda fantástica. Nos dicen que entre sus proyectos tienen ya previstas varías exposiciones de fotográfia y de pintura de varixs particulares como donación generosa al centro; así como nuevos talentos surgidos de entre la juventud que quieren tocar música y realizar poesía, esa noche mismamente, dos jóvenes, uno con saxofon y otro con guitarra. 

Sin más, prometiendo volver, nos despedimos y la luz del cielo, tenue el Sol, ilumina la catedral, la plaza, calles cargadas de historia, abandonadas, y en vez de ser restauradas, derribadas al son del señor don dinero. Pero CSA La Guardería luchará por mantenerse en el inmueble ofreciendo una alternativa cultural a los vallisoletanos, y de ser desalojadxs finalmente, optaran por continuar el proyecto en otros espacios.

Os adjuntamos las fotografías hechas para la ocasión así como las grabaciones, más el enlace a Facebook:http://www.facebook.com/csa.laguarderia?fref=ts


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